viernes, abril 25, 2008

Violencia doméstica

Ideología vs. datos - He aquí el dilema político de la violencia doméstica: o bien se aceptan de entrada determinados postulados ideológicos como si fueran un dogma revelado, o bien se estudia objetivamente la realidad de la violencia y, sobre la base de los resultados obtenidos, se elaboran las políticas y legislaciones pertinentes. El Estado español, con independencia del partido que gobierne, ha optado hasta ahora por el primer enfoque, por la verdad revelada, es decir, ha profesado el dogma de que la violencia doméstica es perpetrada en exclusiva por los hombres y sufrida únicamente por las mujeres y, en consecuencia, ha formulado las políticas y adoptado las medidas legislativas necesarias para combatir esa violencia dogmáticamente masculina.

Para dar una supuesta cobertura "científica" a esas políticas y medidas, el Estado ha tomado como referencia los resultados de un único instrumento (la Macroencuesta sobre la violencia contra las mujeres), cuya definición de violencia comprende básicamente actitudes psicológicas (insultos o amenazas, imposición de decisiones, insistencia sexual, desatención, desprecio, ironía, etc.), y que, por encima de todo, incurre en un fallo que quita todo valor sociológico a sus conclusiones: en efecto, la Macroencuesta, en sus diversas ediciones, sólo se ha aplicado a la población femenina. Científicamente, la Macroencuesta es un fraude.

En cambio, se cuentan ya por cientos los estudios sobre violencia en la pareja que registran niveles similares de conflictividad para ambos sexos. En el llamado Informe 111 se recopilan y analizan los resultados de 111 estudios de ese tipo, que, en conjunto, registran porcentajes ligeramente superiores de iniciación y  perpetración de la violencia por parte de las mujeres, e igualmente porcentajes algo superiores de lesiones sufridas por ellas, en correlación con su menor masa corporal (equivalente, como promedio, al 75% de la masa corporal de los hombres). Como se indica en ese informe, las políticas basadas en el enfoque unidireccional (hombre perpetrador/mujer víctima) obedecen más a ideas preconcebidas que a datos objetivos, desconocen la mitad del problema, y crean sentimientos de desamparo institucional (en el hombre) y de impunidad y prepotencia (en la mujer) que contribuyen a recrudecer el ciclo de la violencia y propician sus formas más extremas.

En cuanto al maltrato infantil, también los datos se alejan de los estereotipos, ya que ese maltrato es perpetrado sobre todo por la madre (ver Informe Iceberg, anexos 17 a 20-2, o los siguientes gráficos del US Department of Health and Human Services, correspondientes a 2002, 2003, 2004 y 2005).

ENLACES DE INTERÉS

El modelo bidireccional: algunos estudios y textos

·  Informe Fiebert (1997-2005) (Martin S. Fiebert) [1]

·  De lo personal a lo político (Erin Pizzey)

·  No más guerra (Erin Pizzey)

·  Si su hombre supiera (Warren Farrell)

·  Proyecto ACTIVA (Organización Panamericana de la Salud, 1999)

·  Violencia prematrimonial (Aguirre y García, 1996) [2]

·  Estudios sobre violencia familiar de Arístides Vara Horna

·  Violencia familiar en 2.934 familias de Huancayo (Arístides Vara Horna)

·  Physical and psychological aggression in [...] spanish university students (conclusiones en español)

·  Dominance and Symmetry in Partner Violence (Murray Strauss, 2006) [3]

·  Using Johnson's domestic violence typology to classify... (2004) [4]

·  Sex differences in aggression between heterosexual partners (John Archer, 2000) [5]

·  Sex differences in physically aggressive acts (John Archer, 2002) [6]

·  The gender paradigm in domestic violence research and theory (Dutton y Nichols) [6] 

·  The Missing Persons of Domestic Violence (Richard Gelles, 1999) [7]

·  "Behind the Closed Doors" (Straus, Gelles y Steinmetz) (.pdf, 8,48MB) [8]

El modelo unidireccional: algunos ejemplos

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