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La Voz de Asturias. Entre el 20 y el 40 por ciento de los hombres juzgados por violencia machista salen libres, debido a que la justicia se equivoca, a la existencia de denuncias que no se pueden probar o porque las mujeres, en algunos casos aconsejadas por sus abogados, utilizan la Ley de "forma abusiva" para obtener beneficios.
Así de contundente se mostró hoy el psiquiatra Juan Carlos Jiménez, presidente del Comité Organizador del XVII Congreso Nacional de Psiquiatría Legal, que se celebra hasta mañana en Zaragoza con el lema "Maltrato, Psiquiatría y Ley", en una rueda de prensa en la que señaló que hay hombres que están empezando a ser víctimas de situaciones "exageradas".
Por ejemplo, explicó Jiménez, se ven bastantes casos de personas paranoides que denuncian malos tratos y, sin embargo, es ella la que los está produciendo.
El presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Legal (SEPL), Iñaki Madariaga, señaló que han constatado que la violencia psicológica se utiliza como "herramienta para sacar beneficios", ya que se presta más a que se pervierta un poco y a la simulación, con el consejo de los abogados, a diferencia del maltrato físico que es más detectable.
Los cuadros psiquiátricos más ligados al maltrato son los ansioso depresivos y los de estrés postraumático, dijo.
Para detectar la violencia en la pareja existen criterios, signos y momentos de riesgo en los que, aunque son difíciles de limitar, se pueden prever determinadas conductas, entre otros cuando la mujer establece una nueva relación y el hombre lo vive como algo personal o cuando salen las sentencias judiciales vinculadas al cuidado de los hijos o a las condiciones de la separación, explicó.
Según Jiménez, hay factores que dependen del agresor, de la víctima o del entorno. Así, informó, existen perfiles de personas agresoras, en casos psicopáticas, y de víctimas, aquellas que tienden a "victimizarse" y que han sufrido o vivido situaciones similares en la infancia.
También hay momentos especiales en los que el entorno desencadena o reactiva determinados hechos, por ejemplo cuando se está en el momento procesal, señaló Jiménez, quien destacó que a veces la lentitud de la justicia condiciona el agotamiento de la mujer víctima que acaba abandonando.
El maltrato ha existido siempre, pero se quedaba en el diván de los psiquiatras, dijo. Sin embargo, ahora los psiquiatras sacan del diván a los juzgados situaciones que observan que son derivadas de la infancia y que se conocían dentro de la familia, de la que antes no salían a la sociedad, agregó, al tiempo que afirmó que ese "acoso psicológico" que se nota a largo plazo es difícil de objetivar.
En ese caso, según Jiménez, los psiquiatras tienen que constatar lo que les cuentan estas personas con lo que están viendo, para luego declarar en los juzgados, algo "realmente muy complicado".
Según explicó Madariaga, en España no existen índices de maltrato a las mujeres superiores a los de otros países europeos, y su legislación, aunque es "más avanzada" desde un punto de vista operativo, no tiene una correlación práctica ya que la ciudadanía no se beneficia de la misma, dijo.
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