jueves, octubre 25, 2007

Maltrato femenino a los hombres

 

 

http://www.pilarrahola.com/2_0/BLOG/vw_home.cfm?MODO

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Autor: O.A.S.

 

Es increíble que a día de hoy, con todas esas leyes que se crean para dotarnos de esta imagen de sociedad moderna, confortable , segura y autosuficiente, un padre, es decir un varón, no sepa donde pasa sus vacaciones su hijo, o lo que es peor, que sea advertido de una enfermedad de este a los cuatro días de su ingreso y que no pueda hablar por teléfono con el niño porque su madre y el ámbito familiar de esta se lo impiden (que decir de ir a verlo). Uno no deja de leer en la prensa el mercadeo que se traen los señores políticos, ilusionándose ingenuamente, al ofrecernos leyes falsas que luego no terminaran por llegar nunca a la calle; ejemplo: la de divorcio express que contemplaba en su borrador inicial, el del ministro Aguilar, la custodia compartida de facto como ocurre en Francia, medida impulsada por la socialista Sègoléne Royal cuando ocupo el cargo de ministra de familia en el gabinete de Chirac; pero que las distintas asociaciones de mujeres, las que acuden a nuestro congreso a pedir subvenciones más que a aportar soluciones justas, se encargaron de podar. Se nos ofrece en cambio la posibilidad de que los homosexuales accedan al derecho de adopción (nada que objetar) cuando hay padres de hecho que nunca hemos llevado a nuestros hijos al colegio.

 

Se nos bombardea constantemente con cifras de mujeres maltratadas hasta que uno siente un poco de vergüenza de ser hombre; y los políticos acuden raudos a poner su tirita al problema pensando arañar unos votos de la gente con conciencia. Promulgan leyes con órdenes de alejamiento y de protección, que conculcan preceptos constitucionales como el derecho a la tutela judicial efectiva, el derecho a un juicio justo, a la presunción de inocencia, el derecho a no ser discriminado por razón de sexo .(yo he ido a poner una denuncia al juzgado 1 y al 2 de violencia domestica de Bilbao pero no me dejaron porque era "chico") Leyes que crean otro submundo y facilitan las cosas en caso de divorcio al sexo femenino : el de la falsa denuncia y por las que el año pasado fueron detenidos 150000 hombres en todo el estado, de los cuales solo unos siete mil pasaron a ser enjuiciados.¿que ocurrió con la dignidad estigmatizada para siempre de los 143000 restantes?

 

Uno piensa que los medios de comunicación de un país libre, como quiere ser este, nunca van a mentir, pero como le explico a mi hijo cuando lo veo, "exagerar no es lo mismo que mentir". Este razonamiento me lleva a preguntarme de donde sacan los periodistas sus informaciones. Desde luego uno no debería de dudar de las cifras que facilita un centro tan aséptico, en apariencia, como el Observatorio para la Violencia de Genero dirigido por alguien tan intachable, como debe ser considerado un juez, como la señora Montserrat Comas, o de otro estamento como el Instituto de la Mujer que curiosamente , fíjense , dejo de publicar en el año 2000 las muertes de varones en el ámbito familiar que ese año coincidía con los informes del ministerio del interior en el que las muertes de hombres eran del 40% y de mujeres del 60%. Las cifras luego poco o nada coinciden entre los tres.


Los datos siguientes son del ministerio del interior: Año 1987: 40 hombres, 52 mujeres. Año 1988: 50 mujeres, 44 varones. Año 1999: 37 hombres, 56 mujeres. Año 2000: 67 mujeres, 44 varones. Año 2001: 38 hombres, 68 mujeres. Año 2002: 77 mujeres, 52 varones. Año 2003: 49 hombres, 86 mujeres. Año 2004: 79 mujeres, 31 hombres... El año 2004, coincidiendo con la entrada al poder de los socialistas los datos dejan de coincidir entre los que facilita el Ministerio del Interior y el CGPJ


Estamos a la cola, por una vez estar atrás debería ser motivo de alegría, de los países mas evolucionados; somos el segundo por la cola de los países de la Comunidad Europea en violencia intrafamiliar. Puestos de honor que corresponden a países que en otras cosas siempre admiramos como Suecia, Dinamarca, Alemania o Reino Unido. Por cierto, en estos países existen estadísticas, malditas siempre, que se hacen publicas, aquí no, de los hombres que por lo anterior expuesto o en mitad de un proceso de separación, donde las leyes son siempre injustas con el varón, deciden suicidarse: durante el año 2003 fueron más de 400 en España, y el año siguiente los suicidios fueron más de 600, siendo las cifras de suicidios de mujeres anecdóticas.


Pero estos datos nadie nos los facilita, jueces cómplices, asociaciones de mujeres obsesionadas y autopropulsadas por los poderes ejecutivos para hacer desaparecer figuras tan machistas como las de los padres, políticos empeñados en pulsar las necesidades de la calle a golpe de encuesta, medios de prensa dispuestos a redactar los datos que se les facilitan más que en verificar sus fuentes de información como ocurre en otros países, por su puesto del mundo anglosajón donde la prensa libre es abanderada del estado de opinión, en precario en este quizá por latino donde la visión de la sangre, posiblemente por nuestro carácter, nos estimula para el linchamiento mas que en buscar al culpable.


Y ¿por qué nadie habla de la violencia hacia los niños? ¿Hacia nuestros mayores o personas dependientes? Datos facilitados sin mucho eco dicen que más del 60% de esta violencia es ejercida por mujeres. ¿Reconocer esto dañaría esta imagen diseñada del binomio mujer = maltrato?


Yo mientras dura esta opereta coral de mentiras o verdades a medias, de héroes que no lo son tanto porque nunca ha habido realmente demonios ni brujas, de señores tan serios en su parnaso haciendo de dioses griegos que se burlan de los mortales dictando su destino, de políticos populistas preocupados hasta la paranoia en la reelección y de medios de prensa que solo nos dicen lo que queremos oír para contrarrestar lo que si es evidente como las subidas de tipos de interés, me preparo para cuando vuelva a estar con mi hijo y explicarle, exagerando sobre la importancia de mi trabajo, la mentira de porque no le puedo llevar nunca al colegio.

 

A golpes de no conocer la justicia me ha sido otorgado, por el contrario, el don de que me sea mostrada otra gran verdad: lo que soy. Soy una más de esas muchas anomalías que completan el montón de exquisitos cadáveres que adornan el patio trasero de los juzgados; al que son arrojadas en forma de anónimas sentencias, una tras otra, apilándose para abonar el siempre por arar extenso e inagotable campo del derecho . Uno de esos imperfectos capullos adornados con espinas que un juez ha puesto a secar entre las paginas apergaminadas del gordo libro de la jurisprudencia.


Nunca quise formar parte de ese embrollo, lejos estaba yo de querer delinquir (incluso hoy ni se me pasa por la cabeza) pero para no perder la razón, por las circunstancias, me vi forzado a buscar un experimentado abogado en vez de un psiquiatra (aunque mejor hubiera sido un cura) que a su vez me propuso un procurador, necesario para que el juez y el fiscal no me oyeran a mi sino a él, que hablaría en mi nombre. Yo me tenía que conformar con responder respuestas y solo cuando se me preguntara. Primero fui reo, luego, mucho, mucho mas tarde, agotado por la interminable espera, me convertí, con ganas de acabar, en galeote y engrose la larga lista de condenados que mueven esta nave enferma que es la ley, engrasándola con nuestras penas para que tenga sentido su existencia. No hay guerra hasta que no haya muertos ni cárcel sin jueces.


Había sido acusado por un delito para el que hoy día no se tiene en cuenta la presunción de inocencia, para el que no existen garantías procesales e incluso en el que se conculcan derechos constitucionales como la no discriminación por el sexo. En este país hay juzgados que no recogen denuncias dependiendo de lo único que nos diferencia a hombres y mujeres.


Quizás, dentro de años, muchos años, incluso lustros, una ley de memoria histórica presentada por un partido político que quiera ganar unas futuras elecciones aprovechando el clamor popular ( en esta piel de toro sin clamor no se hace nada y la mayor parte de las veces sin clamor también) ante el relato de tanto sufrimientos, de tantos hombres que se vieron apeados por sentencias ejemplarizantes más que morales del derecho a ser padres; que perdieron como aquellos que se empeñaron en defender en este estado el pleno derecho, ese que es universal, que no se adapta según las circunstancias y necesidades de los políticos, que protege tanto a hombres como a mujeres ya que ninguno estamos libres de las injusticias. Quizás entonces se me resarza, aunque no sé como de no recuperar ver crecer a mi hijo ni de mis presentes penalidades. Pero como digo, puede que sea dentro de muchos años y si no vivo para verlo me queda la misma satisfacción de los que morían en el circo romano de haber servido de mártir para cambiar una injusticia.

 

 


 

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