10/2/2011 | Richard Solé
Hemos tenido referencia de un caso que ha acabado con el suicidio de un menor. Como muchos de nuestros hijos, era hijo de divorciados y tal como indica el guión fundamentalista de género, según prescripción de los psicólogos/ comisarios adjuntos a los juzgados de familia, la custodia era para la madre, en beneficio de los hijos.
Los vecinos habían avisado a la policía de los malos tratos que la madre infligía a los hijos.
Entre otras cosas a la hija le castigó, con cuatro añitos, a estar desnuda una fría noche de navidad que había nevado; al hijo le invitaba a suicidarse en voz alta y por supuesto la "santa madre" interpuso una denuncia falsa al padre de abusos sexuales, pese a lo cual, no se la procesó. El hijo, finalmente, hizo caso a la madre, y tras varios intentos acabó suicidado.
El padre ha decidido solicitar la custodia de la menor, pero los equipos sólo aconsejan un lento acercamiento de la hija al padre.
El hijo no quería vivir con el padre, pues tal como le había dicho la madre, el padre abusaba sexualmente de su hermana. Ni la falsa denuncia, ni las injurias y calumnias, ni el maltrato continuado a los hijos sirvió para que se actuara en beneficio de estos hijos, ya que la delincuente era la madre.
No obstante, todo es ficción, porque la santa orden de género dice que la alienación parental ni existe, ni la madre maltrata. Según el gobierno, como "nunca hay que cuestionar a la mujer", el padre es el maltratador, pues así lo "hizo saber" la mujer, a través de su correspondiente denuncia falsa, a los comisarios de género.
Nuestro más profundo y sincero desprecio a todos los funcionarios y asimilados que, con sus actos y omisiones, hacen todo esto tan posible como frecuente.
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