lunes, noviembre 30, 2009

Francisco Serrano Castro, Magistrado y Juez de Familia: "La única violencia que se registra es la machista. Las demás se ocultan"

Publicado Lunes , 30-11-09 a las 07 : 09
 
Pionero 
En tiempos de rígidos criterios ideológicos uno se vuelve hereje simplemente por no seguir al pensamiento único. Tal vez por eso, Francisco Serrano haya sido tildado muchas veces como un misógino o un juez nada proclive a ver en la mujer la víctima de las iras del hombre. Esa visión no deja de ser un cliché interesado. Una foto fija que conviene difundir en una época donde o eres tirio o troyano. Pero la biografía de este juez de familia nos contrasta otros valores. Por ejemplo, fue el primer juez en ordenar una orden de alejamiento basándose en el artículo 15 de la Constitución. Y cuando aún la ley de Violencia de Género no era ni un sueño recibió el premio Amuvis en el 2001 por su defensa a la mujer maltratada. Ni es misógino ni es un juez machista.
—¿Cuál es su opinión sobre la Ley del Aborto?
—El debate lo zanjó en el 85 el Constitucional. Por lo que ahora considero es una cortina de humo para solapar otros problemas sociales más graves.
—Usted levantó mucha polémica por el caso de Iván y Sara. ¿Quién falló en aquel caso: la Audiencia Provincial, el Constitucional, la Junta de Andalucía?
—Lo que falló fue la transmisión mediática. No se contó la verdad del caso. Sino la verdad del letrado. Nunca se ordenó que los niños regresaran con su madre. La resolución que así lo decía fue anulada por el Constitucional.
—Como juez de Familia imagino que tiene datos suficientes como para aventurar el destino de la misma, de la familia…
—Pienso que como vamos, vamos por muy mal camino. Habría que apostar por políticas preventivas, de mediación para evitar el conflicto. Y lo que se hace muchas veces es fomentarlo.
—Es de los que sostienen que las estadísticas oficiales dulcifican o exageran datos en función de quién sea el maltratador…
—Totalmente. La ideología sustituye a los datos. Y las estadísticas no son falsas sino que parten de principios absolutamente sectarios.
—Tengo entendido que en lo que va de año se han denunciado treinta muertes de hombres a manos de sus parejas…
—No es que se hayan denunciando. Es que se han producidos treinta muertes violentas imputadas a esposas, parejas, o ex parejas. Estos datos no son oficiales. Están recopiladas por personas interesadas en que la opinión pública lo sepa.
—Trata de decirme que no existe ningún interés oficial en que se sepan estos asuntos.
—Existe interés en ocultarlo.
—Y que la cifra se eleva a más muertos en el registro ministerial del 2006…
—Sí, sí. Estos datos son los últimos publicados por el ministerio del Interior. Están recogidos en el Anuario Estadístico del Ministerio 2006. Mujeres víctimas en el ámbito familiar por cónyuges o análogos con resultados de muerte en 2005, 71. Hombres 56. En 2006: mujeres 78, hombres 37.
—O sea, que se están matando unos a otros pese a la Ley de Género contra la violencia machista…
—Así es y como no se publican datos oficiales la única violencia que se registra es la del hombre sobre la mujer. Las demás violencias se están ocultando.
—Y curiosamente esas cifras cada vez son mayores en los jóvenes, que supuestamente crecieron en ambientes educacionales progresistas…
—Claramente. Hay que invertir no solo en Igualdad, sino en Educación. Se extiende la ley del más fuerte en las calles. Y hay que apostar por los valores educativos en igualdad.
—¿Por qué interés se falsean, según usted, las cifras de hombres muertos y maltratados?
—Se intenta vender la política de la falsa discriminación. Se quiere hacer saber que la única maltratada es la mujer en la relación de pareja con el hombre. Y eso no es así. Sufren maltratos mujeres, abuelas, abuelos, hijos, hijas y otros parientes.
—El otro día hablaba con un conocido siquiatra sevillano que me apuntaba que se están produciendo, también en los hombres, una alta secuencia de suicidios por temas de conflictos familiares…
—Ese es otro dato que también se oculta. Los hombres suman 3.700 suicidios al año. Las mujeres 2.700.
—¿Pero son imputables al conflicto familiar?
—El tanto por ciento es elevadísimo. Pero ese estudio no se ha hecho y no interesa hacerlo en la actualidad.
—¿Ha oído usted la famosa frase hasta que no lo arruine o no acabe con él no voy a parar?
—Sí, sí. Y no solo a nivel profesional, incluso, de conocidos. El despecho y el resentimiento es una respuesta lógica en hombre y mujer en un proceso de separación. Ocurre que para arruinar a alguien las mujeres tienen un instrumento legal a su alcance.
—¿Cuál es?
—El abuso de la aplicación de la ley de Violencia de Género. En ocasiones, la mujer denuncia a un hombre como venganza u obtener interés. Por el contrario, el hombre, si es absuelto no es porque sea inocente, sino porque no se ha podido probar su culpabilidad.
—¿Los jueces se sienten muy encorsetados por la cultura jurídica que prima en la mayoría de los casos a la mujer contra el hombre…?
—Sí, porque la ley misma es la que provoca ese encorsetamiento. Porque generaliza y no da lugar a que se enjuicie caso por caso las situaciones donde existe auténtico maltrato, desigualdad, discriminación y relación de poder del hombre sobre la mujer.
—¿Usted también siente ese corsé?
—Me afecta colateralmente porque soy juez de Familia. Y en gran medida me beneficia. Porque muchos asuntos que debería conocer aplicando medidas de diplomacia familiar se deriva a juzgados en los que rigen un principio de crimen y castigo
—El Plan Estratégico de Igualdad prevé una inversión a cuatro años de mas de 600.000 millones de pesetas, casi seis veces más que el presupuesto del Ministerio de Trabajo. ¿Muchas moscas acudirán a ese panal?
—Con todo respeto a las auténticas feministas: la inteligencia de cualquier lector da respuesta a esa pregunta.

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